Reportera digital Marina Pereda reseña El Mundo es nuestro…
El mundo es nuestro podría ser el ejemplo perfecto de un “nuevo género” que está surgiendo en España: las películas de crisis. Crisis en la producción cinematográfica, por la situación que atraviesa el país y la falta de ayudas que amenazan al cine, y crisis porque este es cada vez más el tema que reflejan nuestras películas.
El Cabesa y el Culebra son los protagonistas de este film. Para los conocedores de la comedia española, no será difícil ubicar y caracterizar a estos personajes con tan solo leer sus nombres: andaluces, piltrafas, con cadenas de oro tipo mercadillo, gritones, algo cortos de inteligencia pero con grandes ambiciones. Hartos de la falta de trabajo, de la corrupción de los políticos y de la explotación, los dos sevillanos deciden atracar un banco en plena Semana Santa con el objetivo de huir a Brasil. Lo que no saben es que, llevado también por la desesperación, otro ciudadano, Fermín, ha decidido cargarse de explosivos y amenaza con suicidarse en la misma sucursal bancaria.
La premisa es sencilla y directa: una situación dramática lleva a seres ordinarios a comportarse de forma extraordinaria. La comedia radica en qué soluciones se les van ocurriendo a los distintos personajes, basados en estereotipos del cine y el cómic español: los empresarios avariciosos, la secretaria rancia, una cliente pesada, el chino víctima de todas las expresiones racistas que en España ni siquiera se consideran tales y los sevillanos que, por nada del mundo, cambiarán el itinerario de su procesión. Utilizar estos estereotipos ayuda a que avance la historia y sorprende cómo el guionista, coproductor y director Alfonso Sánchez ha sabido manejar el protagonismo coral y crear distintas situaciones en una misma localización. Sin embargo, a veces, los estereotipos hacen que los personajes carezcan de naturalidad, ciertas situaciones resultan previsibles y, como consecuencia, en algunos momentos dramáticos el espectador no se conmueve y, en otros, la comedia se desinfla.
Dejando estos fallos de guion a un lado, cabe destacar la interpretación de Alberto López (el Cabesa) y Alfonso Sánchez, que también protagoniza el film. Tanto en la actuación cómo en la parte técnica, El mundo es nuestro tiene aún ese aire de webserie con el que empezó este proyecto. De un conjunto de sketches que podían verse en las pantallas de los ordenadores, se transformó en una idea para largometraje que, gracias a la participación de varias productoras pequeñas y el crowdfunding, llegó a las salas. Aunque en la película aún se nota su origen amateur, esto la dota de espontaneidad y la acerca al que es, precisamente, su público: la gente de a pie, los parados que acudieron gratis al estreno, las amas de casa que no llegan a fin de mes, los jóvenes que desconfían de las instituciones. Si bien no han podido solucionar la situación, al menos, estos pícaros andaluces del siglo de las redes sociales, habrán conseguido que al reírnos juntos, nos sintamos un poco más unidos.
El Mundo es nuestro proyecta miércoles 13 y lunes 18 de marzo como parte del ¡Viva! 19th Spanish & Latin American Film Festival